El caso de Sergio Asenjo es quizá el más triste de cuantos hayan sucedido en el fútbol español en los últimos años. Portero de cualidades infinitas (mejor que De Gea en mi opinión), su breve carrera corre el riesgo de convertirse en efímera a causa de las tres graves lesiones que ha sufrido en su trayectoria deportiva. Comenzó en el Valladolid como un tiro, pero al poco sufrió una grave lesión que le mantuvo apartado cinco meses. Eso no impidió su regreso para demostrar su enorme calidad como guardameta. Portero internacional en las categorías inferiores, el Atlético de Madrid se adelantó al Barça y se hizo con sus servicios. Con ello, el club colchonero confiaba en zanjar el debate de la portería que se eternizaba desde hace años. Sin embargo, Sergio entró con mal pie, dos pifias seguidas y la grada la tomó con él. No tuvo tiempo para más. Al poco, sufrió la lesión de su rodilla derecha que le postró por toda la temporada en la enfermería. Pon entonces, surgió David De Gea, otro joven guardameta de grandes cualidades que se ha hecho con el beneplácito de la hinchada. Así las cosas, Asenjo recién recuperado al comienzo de la actual temporada no ha tenido más remedio que marchar a Málaga en busca de los partidos que debieran devolverle a la primera línea. No ha podido ser. Tras pocas semanas en Málaga el joven Asenjo deberá volver a pasar por el quirófano. Su baja se calcula entre seis y ocho meses. Otro año perdido para uno de los mejores guardametas jóvenes de Europa, y ya van dos. Una pena.