Míster Balón

Copérnico lo dijo primero, Galileo lo propagó: "La tierra es redonda, igual que un balón de fútbol".

El año pasado una de las aportaciones más positivas que hizo Juande Ramos al Real Madrid fue demostrar como un mal lateral izquierdo como Marcelo puede ser un excelente interior izquierda. El manchego lo tuvo claro nada más llegar, al brasileño le cuesta horrores defender, no sabe ni tiene las condiciones mentales y físicas necesarias. No es el equipo blanco el más adecuado para aprender un oficio en el campo de juego y en el equipo de los Cristiano, Kaká, Alonso, Raúl y Guti (sí, Guti), los ensayos deberían hacerse con gaseosa y no ante cracks como Jesús Navas (el Ribery español). El pobre Marcelo no se enteraba ayer de por donde le venían los golpes y el Sevilla encontró un filón por el flanco izquierdo del Madrid. Marcelo no es lateral y tiene tantas condiciones para ese puesto como Van Nistelrooy, es decir, ninguna. Y dejando ese tema aparte, hay que decir que la desastrosa actuación de Marcelo no libra a Ramos de un cero en su participación de ayer. Falto de condición física, de concentración y de frescura, Sergio no es el que era desde que hace más de un año. Recuerdo que allá en la Eurocopa ya le llamó la atención Luis Aragonés en repetidas ocasiones. Si no se corrige el año próximo puede estar bien lejos del Bernabéu, porque hoy por hoy es un jugador vulgar.

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