Míster Balón

Copérnico lo dijo primero, Galileo lo propagó: "La tierra es redonda, igual que un balón de fútbol".

El canterano brasileño de uno de los mejores Barça de la época vive su mejor momento futbolístico en el Inter de Milán. Contratado este verano, a cambio de 13 millones de euros, procedente del Génova, el centrocampista ha resucitado a sus 28 años después de que muchos dieran su carrera deportiva por finiquitada. En su etapa azulgrana fue tachado de indolente y de estar poco motivado a pesar de sus grandes condiciones. Las lesiones que le llevaron a perderse varios tramos de Liga en distintas temporadas hicieron el resto. Fue traspasado al Atlético de Madrid por sólo 2 millones de euros, pero al cabo de la primera temporada los colchoneros decidieron cortarle y marchó al Génova, uno de los equipos menores del Calcio. Allí coincidió con Diego Milito en la pasada temporada y tras un gran año ambos han fichado por la escuadra blanquinegra. La vida le ha dado una segunda oportunidad, la de poder ser quien siempre debió en base a sus condiciones de medio centro defensivo con gran técnica y posicionamiento en el campo, así como calidad y visión de juego. Motta es un líder que nunca ha querido serlo, tal vez ahora ha comenzado a tomarse en serio a si mismo.

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