Míster Balón

Copérnico lo dijo primero, Galileo lo propagó: "La tierra es redonda, igual que un balón de fútbol".

El Atlético de Madrid es el tercer club de España por afición, por historia y por títulos.Sin embargo, las dos últimas décadas el club ha dado muestras de una alarmante decadencia en todos los niveles, viéndose superado por otras entidades como Valencia, Sevilla, Deportivo e incluso Villarreal. Eso nunca había sucedido. Los problemas empiezan por la dirección del club en manos de la familia Gil. Un hecho nefasto que condena al equipo al ostracismo. Consecuencia de ello es la mala política deportiva.No es de recibo que un club como el colchonero sólo pueda exhibir a un jugador de su plantilla como canterano, formado en las categorías inferiores. La situación es dramática, hoy por hoy, no sólo por su posición en la table sino por la ausencia de identidad del club. La afición no tiene a nadie más con quien identificarse que no sean los Aguero y Forlán, pero ningún jugador de la plantilla salvo Antonio López lleva al club colchonero en su ADN. Ahora podría ser el momento de revertir la situación, con la nueva hornada de jugadores de calidad que hay en la cantera. Hablamos de jugadores como Coque, Borja, Keko, Ibra, Pacheco, Camacho y Fabio Futre, el hijo del ídolo del Manzanares. Futbolistas sin nombre en primera división, pero avalados por su destacada presencia en las selecciones nacionales inferiores. Si hubo un momento para hacer el desembarco de la cantera en el club colchonero, ese ha llevado ahora. En la imagen Fabio, el hijo de Paolo Futre.

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