Míster Balón

Copérnico lo dijo primero, Galileo lo propagó: "La tierra es redonda, igual que un balón de fútbol".



Entre las vuvuzelas y el Jabulani, vaya Mundial nos están dando los de la Fifa. Lo de las trompetillas surafricanas es insoportable, pero el balón del campeonato es lo peor de lo peor que se ha visto en un acontecimiento futbolístico de este calibre. Los futbolistas esponsorizados por Adidas callan, mientras que los no pagados rajan lo que no está escrito de este balón sintético y sin costuras. Los controles se hacer harto complicados, los centros imposibles, los lanzamientos de falta se van a las nubes, los pases salen disparados sin ton ni son y la definición en el disparo es una quimera. Seguro que muchos de los futbolistas del Mundial no han jugado con un esférico peor ni cuando eran pequeños y jugaban con cualquier globo redondo. Porque el Jabulani es algo así como un globo que en cuanto lo tocas sale disparado y que hace raros efectos en el aire según sopla el viento. Difícil darle con intención a este balón que obliga a utilizar la puntera y el golpeo franco más que el exterior o el interior de la bota. También es cierto que el Jabulani es igual para todos, pero le irá mejor a quien base más su juego en lo concreto, sin arabescos, y se deje la retórica para mejor ocasión. En definitiva, es un balón que favorece más a esta Argentina, a esta Italia o a este Brasil, que a esta Alemania, esta Holanda o esta España.

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