Míster Balón

Copérnico lo dijo primero, Galileo lo propagó: "La tierra es redonda, igual que un balón de fútbol".


Parece que la salida de Torres al Liverpool es ya un hecho. Tanto es así que el club inglés ha anunciado la contratación del tanque Andy Carroll. La última gran promesa del fútbol de las islas. El ex del Newcastle mide 194 centímetros, pero no es nada lento con el balón en los pies. Es un futbolista que destaca por su enorme capacidad de remate, tanto de cabeza como con las dos piernas, pero que también tiene una gran calidad goleadora jugando al contragolpe. Esta temporada lleva ya 11 con el recién ascendido Newcastle (el equipo de José Enrique y que acaba de pasaportar a Xisco al Deportivo). Lo único que sorprende son las cifras que se están manejando, si desde luego fueran ciertos los 40 millones de euros que el Liverpool ha pagado por esta operación desde luego deberíamos empezar a pensar que el mundo está loco y que la directiva de los "urracas" debe haber emborrachado a los millonarios norteamericanos, propietarios de los "reds" para poder cerrar el traspaso. Vender a Torres por 58 millones (una locura, bravo por el Liverpool), pero luego gastarte 40 en Carroll, un futbolista que acaba de llegar a la élite, resulta sorprendente. Más si tenemos en cuenta que el Madrid acaba de adquirir una opción de compra de 16 millones de euros por Adebayor. Y más si lo que teníamos entendido es que el Liverpool no tenía una libra y necesitaba realizar ventas urgentes. Carroll es bueno, pero demostrar que vale 40 millones se le va a hacer muy difícil. De cualquier forma, lo que si es cierto es que los "reds" con el delantero inglés y el uruguayo Luis Suárez ha comprado mucha más dinamita de la que tenía hasta ayer en su equipo.


Si finalmente el Liverpool consigue vender a Fernando Torres por 58 millones de euros mucho me temo que habrá hecho la operación del siglo. Sería para no pensárselo y para enviarlo a Londres con un lazo. Los 81 goles en 142 partidos con la camiseta de los reds son una buena carta de presentación para el delantero de Fuenlabrada pero pagar esa astronómica cantidad por un delantero que no es titular indiscutible con la selección nacional, que acumula un gran número de lesiones en los últimos dos años y que no es un Van Nistelrooy ni un Ronaldo parece una temeridad. Es cierto que su juego vigoroso y veloz se adapta muy bien al de la Premier, pero fuera de ese campeonato no se puede decir que Torres se destaque como uno de los mejores puntas del mundo. Si el Real Madrid acaba de fichar a Adebayor con una opción de compra de 16 millones a final de temporada, no se entiende la diferencia sideral de   dinero que el Chelsea está dispuesto a pagar por un delantero que ha demostrado ser inferior a Villa (traspasado por 40 millones). Y encima, el club de Anfield ya ha confirmado la contratación del goleador del Ajax, Luis Suárez, por 26 millones. No son tontos en Liverpool.


Agotado, el Real Madrid no puede seguir el ritmo imposible del Fútbol Club Barcelona en esta Liga 2010-11. El equipo está fundido después de iniciar la competición con un gran espíritu y un gran derroche físico. Ocurre que el técnico portugués ha hecho escaso uso de las rotaciones en la alineación durante estos meses y hoy por hoy el desgaste de la columna vertebral de este equipo es una evidencia notoria. Esta campaña recuerda a la de otro portugués al frente del equipo blanco, la temporada aciaga de Carlos Queiroz. El entrenados luso machacó a su once inicial hasta dejarlo sin aliento y una vez fundidos los jugadores se fueron desplomando uno detrás de otro hasta acabar la Liga arrastrándose y con partidos ridículos. Se parece esta situación a la de antes, sólo que en esta ocasión Mourinho tiene una plantilla de mucha más calidad y más completa. El problema es que no la usa como debiera, no le saca partido a sus 25 integrantes y sólo emplea a un grupo muy escaso. El caso más evidente es el de Di María, quien desde principios de enero viene pidiendo a gritos un descanso y cuyo nivel de juego ha bajado de forma alarmante. Mientras tanto, Pedro León calienta banquillo cuando no está en la grada, sin que nadie entienda muy bien a qué se debe semejante ostracismo para un futbolista que cuando ha estado en el campo ha cumplido a la perfección. Igual sucede con el caso de Xabi Alonso, enfermo contra el Osasuna al final tuvo que jugar media hora de la segunda parte porque aun con fiebre parece que Mourinho lo prefiere en el campo a cualquier otro jugador de la plantilla. La alternativa Lass-Kedhira ha vuelto a demostrar su fracaso en el centro del campo. Y mientras Granero esperando en el banquillo. Pero, mientras que algunos jugadores siguen marginados en el baúl de los recuerdos (León, Granero, Garay, Morata, Canales, etc) otros como Kaká desperdician oportunidades cada partido. El brasileño no está, no se parece ni a un primo malo. Entorpece y enreda más que otra cosa. Es completamente nulo en las acciones de ataque y se solapa con Ronaldo, con Benzemá, con Ozil, con Alonso, con todos. Hoy por hoy, el Madrid no está como lugar de pretemporada o de rodaje para estrellas estrelladas. Bien haría Mou en no sacarlo hasta que esté en condiciones de igualdad con el resto de la plantilla, porque en caso contrario corre peligro de ser señalado por la hinchada. Y tampoco pasa nada porque Ronaldo no juegue un partido, para descansar, si una plantilla multimillonaria no puede prescindir de un solo jugador para jugar contra uno de los equipos de la zona baja de la tabla, apaga y vámonos.


El Real Madrid, de carambola y con mucha mucha suerte, acierta de pleno con el fichaje (cesión con opción a compra) del togolés Emanuel Adebayor, uno de los mejores delanteros de la Premier y del mundo. Quien firma estas líneas considera a Adebayor un delantero excepcional, un crack, con una enorme capacidad rematadora, con una calidad a considerar para su más de 1,90 de estatura y con una gran velocidad para jugar a la contra. En definitiva, Adebayor es lo que Benzemá quiere ser de mayor. No es un promesa, no es una posibilidad de futuro, no es un jugador con proyección. Es un pedazo de futbolista que aterriza en Madrid gracias a sus desavenencias con Mancini. O mucho me equivoco o el Real Madrid acabará ejecutando la opción de compra por el jugador africano a final de temporada. Lo dicho, al Madrid le ha tocado la Lotería de casualidad y mucha gente aún no lo sabe. La opción Van Nistelrooy era buena, muy buena (ya criticamos su marcha hace un año en este blog), pero la de Adebayor es la mejor por presente y futuro. Y lo demostrará.