Míster Balón

Copérnico lo dijo primero, Galileo lo propagó: "La tierra es redonda, igual que un balón de fútbol".


Si finalmente el Liverpool consigue vender a Fernando Torres por 58 millones de euros mucho me temo que habrá hecho la operación del siglo. Sería para no pensárselo y para enviarlo a Londres con un lazo. Los 81 goles en 142 partidos con la camiseta de los reds son una buena carta de presentación para el delantero de Fuenlabrada pero pagar esa astronómica cantidad por un delantero que no es titular indiscutible con la selección nacional, que acumula un gran número de lesiones en los últimos dos años y que no es un Van Nistelrooy ni un Ronaldo parece una temeridad. Es cierto que su juego vigoroso y veloz se adapta muy bien al de la Premier, pero fuera de ese campeonato no se puede decir que Torres se destaque como uno de los mejores puntas del mundo. Si el Real Madrid acaba de fichar a Adebayor con una opción de compra de 16 millones a final de temporada, no se entiende la diferencia sideral de   dinero que el Chelsea está dispuesto a pagar por un delantero que ha demostrado ser inferior a Villa (traspasado por 40 millones). Y encima, el club de Anfield ya ha confirmado la contratación del goleador del Ajax, Luis Suárez, por 26 millones. No son tontos en Liverpool.

0 comentarios:

Publicar un comentario