Hace unos días en una entrevista un experto en fútbol decía que no era el momento de subir a Pablo Sarabia a la primera plantilla del Real Madrid, porque el momento deportivo del equipo no era el mejor y tal y tal. Esta aseveración me llevó a constatar una vez más la resistencia que hay en este país a dar paso a los jóvenes con proyección. Los canteranos ya no tienen que tirar la puerta abajo, como decía Camacho, ahora parece que tienen que tirar la casa entera para poder jugar en el Real Madrid. Eso es lo que pasa mientras que vemos por el campo como vagan supuestos pseudofutbolistas extranjeros que no han demostrado nada como Drenthe. Creo recordar que la Quinta del Buitre subió del filial en el ocaso de la generación de los Juanito, Santillana y Camacho. Y que Raúl fue, con sólo 17 años, quien terminó de ocupar el puesto de Butragueño, lo mismo que Casillas hizo con el gran Bodo Illgner. El problema que ahora parece que hay es que el que se produjo en la primera etapa del tándem Florentino-Valdano, y es que son tan "megaestrellas" los futbolistas que se traen que luego es imposible sentarles. Ahí tenemos a Benzemá que a día de hoy no ha justificado su lugar fijo en el once inicial, y nada menos que en el puesto sagrado de delantero centro del Real Madrid.
Y tenemos el caso de Pablo Sarabia, que es de quien quería hablar. Pablo es todo talento, demostrado desde que ha ido pasando por todas las categorías inferiores del Real Madrid y de la Selección española. En el pasado Mundial Juvenil de Clubes fue elegido mejor jugador, el Arsenal le quiso e hizo una oferta por él pero el ha preferido esperar a su equipo del alma, el club blanco. Tiene 17 años que es una edad a la que los talentos del Barça ya acostumbran a debutar con el primer equipo, pero de momento no ha dado el salto. No anda sobrado el Real Madrid de talentos zurdos que jueguen con habilidad en la banda. Tuvo en esa posición, hace dos años, a otro canterano que ahora triunfa en el Valencia y que quiere media Europa: Juan Mata. Sarabia es otra cosa, es más fantasioso, tiene más cerebro, más destreza a balón parado, más magia... Tiene esa aureola que sólo acompaña a los grandes. Esperemos que el Real Madrid no lo desaproveche. La gente está esperando que salga alguien de la cantera con quien identificarse. Raúl no va a durar siempre.