De un tiempo a esta parte, en cualquier tertulia deportiva que se precie no puede dejar de aparecer el nombre del lateral derecho del Inter de Milán, el brasileño Maicon. Se trata el caso de Maicon el clásico de todos los veranos de hiperinflación en el mundo del fútbol. Ya se habla de pagar hasta 25 millones de euros por el carrilero brasileño. Este es uno de esos jugadores a los que a cada día que pasa se le añade un millón de euros a su cotización, sin qu
e más que cuatro enterados conozcan verdaderamente al susodicho a fichar. Hace tres meses no había oído hablar de Maicon en ninguna radio ni leído su nombre en ningún periódico deportivo. Hace tres meses Maicon no existía. Sí, existía y era el lateral derecho del Inter, también jugaba con Brasil, y había cumplido anteriormente varias temporadas en el Cruzeiro y en el As Mónaco, pero nadie en España tenía ni idea de este lateral brasileño. Bueno, sí, lo conocían Monchi y un amigo suyo de Sevilla.
El verano pasado cuando el Real Madrid, el Barcelona y el Chelsea pujaban por el brasileño Alves en ningún periódico gastaron un sólo espacio de papel para hablar de Maicon como alternativa para el lateral. Era uno de tantos carrileros brasileños que suben bien y en este caso concreto, que además no defiende nada mal, pero no había llamado la atención ni de las direcciones deportivas de los clubes ni de la prensa.
Ahora se ha puesto de moda y a buen seguro que el Inter lo venderá. ¿No lo va a vender si ofrecen por él hasta 25 millones? Pero estamos hablando de un carrilero brasileño de 28 años que no es mucho mejor que el lateral derecho del Valencia Miguel (a la venta por 6 millones), ni que Arbeloa (8 millones), ni que Andoni Iraola, del Athletic, ni que Azpilicueta, del Osasuna, ni que tantos que están en el mercado. La diferencia es que no están de moda.
Recuerdo que por Drenthe se llegaron a pagar 14 millones de euros. Al principio del verano el Feyenoord lo vendía por 5, luego por 7 y al final lo terminaron subastando por 14 millones. Parecía que el Real Madrid no podría nunca sobrevivir si no le fichaba. Las tertulias futbolísticas echaban humo: había que ficharlo a cualquier precio. Al mismo tiempo, en la televisión ponían siempre una misma jugada del bueno de Royston metiendo un gol con la selección holandesa Sub 21. Al día siguiente de su presentación con la camiseta del Real Madrid, en el club blanco no sabían ya qué hacer con él. No servía ni de lateral ni de interior izquierdo. Mientras, en Holanda un señor de pelo rubio contaba los billetes uno por uno hasta llegar a los 14 millones de euros.
¿De verdad Maicon vale 25 millones?