Míster Balón

Copérnico lo dijo primero, Galileo lo propagó: "La tierra es redonda, igual que un balón de fútbol".

David Silva se queda en el Valencia. El mediapunta canario ha dicho que tiene todos sus sentidos pendientes del equipo de la capital del Turia. De ser cierto, los días del punta David Villa con el escudo del murciélago están más contados que nunca. El club de Mestalla debe 500 millones de euros y me da que la venta de Raúl Albiol al Real Madrid por 15 millones de euros es una gota en el desierto de la deuda contraida por por el equipo valenciano con numerosas entidades, entre ellas Bancaja. Cuentan que la caja valenciana está como loca por tocar dinero fresco, porque todas las operaciones que se han planteado hasta la fecha poco tienen que la obtención de "cash". Los valencianos deben olvidarse de proyectos faraónicos y empezar a desprenderse de sus figuras más costosas y con las fichas más altas, como son los casos de Villa, Joaquín, Moretti, Miguel, Edu, Del Horno, Banega, y a ser posible Vicente y Albelda. Es el momento de los Mata, Pablo Hernández, Alexis, Míchel y del propio Silva. Un equipo un escalón por debajo, pero más desahogado económicamente. El resto de clubes también prevén despojarse de lastres ante la crisis que se avecina.



Al final, no será el 10 del Real Madrid, ni el 18 ni el 22. El astro Kaká será el 8 del equipo blanco. El mismo número que el brasileño Didí, el mismo dorsal que Míchel y la misma camiseta del argentino Gago. ¿Quiere decir algo esto? Nada, el argentino se pondrá la camiseta que pertenecía al italiano Cannavaro. Hoy tenemos enfundado en la camiseta madridista al brasileño Kaká, el anhelado Balón de Oro esperado desde hace tres años. Un líder distinto, con unos valores diferentes a los que cotizan hoy al alza en el fútbol actual. Pero si hablamos de sus cualidades técnicas podemos decir que el equipo blanco ha aumentado exponencialmente su calidad y sus posibilidades para el futuro. Es Kaká un futbolista técnico, que juega con la pelota pegada al pie, capacitado para el pase largo y en corto, para el regate en un cuarto de terreno y en carrera, para el disparo desde corta y desde larga distancia, y para los lanzamientos a balón parado ya sean de esquina o de falta. Es, además, un auténtico profesional del fútbol, que se cuida para rendir en el campo y lleva una vida sana. Es, en definitiva, un soplo de CLASE, entre tanto "quiero pero no puedo" en el equipo blanco. Dicen que es caro. Quien sí que es caro es el francés Faubert (1,5 millones por 53 minutos de juego con cero rendimiento). Que sea bienvenido Kaká, y que triunfe.



Un día es Villa, al siguiente también es Villa, al otro pues Villa (¿quién si no?), al otro hablan de Benzemá (contraten a su director de marketing), Ibrahimovic (un genio con mucho genio) y hasta el chiquillo de la portera brasileña. Señores, el Madrid no necesita delanteros. El Real de los Cristiano Ronaldo y Kaká no precisa de finalizadores de categoría mundial como agua de mayo, porque ya los tiene. Está Higuaín (23 goles en una temporada de crisis), está Huntelaar (un auténtico 9), está Negredo (otro 9 de los de antes y además made in spain), está Van Nistelrooy (mejor que los tres anteriores aunque con 32 años para 33) y está la leyenda Raúl (con casi una veintena de goles en la Liga de la crisis y el soponcio madridista). Por tanto, Villa, Benzemá o Ibrahimovic para qué. ¿Para meter a los anteriores en el banquillo o malvenderlos en el 3x1 del mercadillo futbolístico?

El Real Madrid lo que necesita es un par de jugadores creativos de centro de campo. Si me dicen que Cesc y Xabi Alonso diré que sí. Si me dicen que Ribery en lugar de alguno de los dos anteriores diré que sí, por segunda vez. Si me dicen que ni Cesc ni Xabi Alonso ni Ribery, pero que vienen Felipe Melo y Silva o Cazorla o aquel chico de River o de Rosario que tan bien la toca pues también diré que sí. El equipo blanco necesita dos jugadores de centro de campo con capacidad para dar un pase de 40 metros al jugador desmarcado, porque eso ya no se espera que lo aprendan ni Gago ni Diarrá ni Drenthe ni Sneijder ni Van der Vaart ni Javi García. El único que sabe es Guti, qué quieren que les diga, y Kaká a partir de ahora. Porque a Parejo no le dejan, no vaya a ser que sepa hacerlo y resulte que tampoco hacen falta centrocampistas.



Las sociedades anónimas deportivas han traído muchos beneficios en la gestión de los clubes de fútbol. Las entidades futbolísticas no pueden regirse de manera arbitraria gastándose la pólvora del rey hasta agotar los recursos económicos. La mayoría de los clubes se rigen ahora por medio de un consejo de admnistración que controla gastos e ingresos y que debe gestionar la sociedad deportiva buscando su rentabilidad. No ocurre siempre así y equipos como el Atlético de Madrid y el Valencia han tenido que ser intervenidos para evitar su definitivo desplome. La historia y el peso de su leyenda se convierten en un lastre para muchas administraciones públicas locales y autonómicas que se ven obligadas a hacer lo posible e imposible para evitar la desaparición de unos clubes que en muchos casos están más identificados con su tierra que la bandera de la región. Eso obliga a las administraciones a hacer cosas que no pueden ni deben hacerse con el resto de empresas.

Luego tenemos casos especiales, como es el del Betis. El Betis de Manuel Ruiz de Lopera habría que llamarlo porque como accionista plenipotenciario hace y deshace a su antojo provocando el desasosiego de su hinchada, que ha salido a la calle pidiendo al propietario del club que lo venda, que lo alquile y que lo regale pero que se vaya bien lejos. Es cierto que primero salvó al club de su desaparición y también que lo llenó de grandes estrellas como Alfonso, Finidi, Denilson, Jarni, y los más recientes como Oliveira y Sergio García. Pero el club, fruto de la mala planificación y de la constante intrusión de su máximo accionista, ha fracasado en sus campañas desde hace más de una década. Los béticos están más que hartos ahora con el equipo descendido en Segunda y con un presidente que ni vende ni se va. Ese es el problema de las sociedades anónimas, que cualquier salvador del club se puede convertir luego en un problema y después no hay manera de mandarle a casa. El Betis solucionó sus problemas económicos a cambio de su identidad, cada vez es menos Betis y con menos béticos. Hoy es el triste equipo de Lopera.


De un tiempo a esta parte, en cualquier tertulia deportiva que se precie no puede dejar de aparecer el nombre del lateral derecho del Inter de Milán, el brasileño Maicon. Se trata el caso de Maicon el clásico de todos los veranos de hiperinflación en el mundo del fútbol. Ya se habla de pagar hasta 25 millones de euros por el carrilero brasileño. Este es uno de esos jugadores a los que a cada día que pasa se le añade un millón de euros a su cotización, sin que más que cuatro enterados conozcan verdaderamente al susodicho a fichar. Hace tres meses no había oído hablar de Maicon en ninguna radio ni leído su nombre en ningún periódico deportivo. Hace tres meses Maicon no existía. Sí, existía y era el lateral derecho del Inter, también jugaba con Brasil, y había cumplido anteriormente varias temporadas en el Cruzeiro y en el As Mónaco, pero nadie en España tenía ni idea de este lateral brasileño. Bueno, sí, lo conocían Monchi y un amigo suyo de Sevilla.

El verano pasado cuando el Real Madrid, el Barcelona y el Chelsea pujaban por el brasileño Alves en ningún periódico gastaron un sólo espacio de papel para hablar de Maicon como alternativa para el lateral. Era uno de tantos carrileros brasileños que suben bien y en este caso concreto, que además no defiende nada mal, pero no había llamado la atención ni de las direcciones deportivas de los clubes ni de la prensa.

Ahora se ha puesto de moda y a buen seguro que el Inter lo venderá. ¿No lo va a vender si ofrecen por él hasta 25 millones? Pero estamos hablando de un carrilero brasileño de 28 años que no es mucho mejor que el lateral derecho del Valencia Miguel (a la venta por 6 millones), ni que Arbeloa (8 millones), ni que Andoni Iraola, del Athletic, ni que Azpilicueta, del Osasuna, ni que tantos que están en el mercado. La diferencia es que no están de moda.

Recuerdo que por Drenthe se llegaron a pagar 14 millones de euros. Al principio del verano el Feyenoord lo vendía por 5, luego por 7 y al final lo terminaron subastando por 14 millones. Parecía que el Real Madrid no podría nunca sobrevivir si no le fichaba. Las tertulias futbolísticas echaban humo: había que ficharlo a cualquier precio. Al mismo tiempo, en la televisión ponían siempre una misma jugada del bueno de Royston metiendo un gol con la selección holandesa Sub 21. Al día siguiente de su presentación con la camiseta del Real Madrid, en el club blanco no sabían ya qué hacer con él. No servía ni de lateral ni de interior izquierdo. Mientras, en Holanda un señor de pelo rubio contaba los billetes uno por uno hasta llegar a los 14 millones de euros.

¿De verdad Maicon vale 25 millones?




Desde Zidane el Real Madrid no ha tenido un jugador de la calidad del holandés Arjen Robben. El primer rasgo que define la categoría de un fútbolista es cómo baja el cuero al suelo, el segundo es qué decide hacer con el balón una vez controlado y el tercero donde pone la pelota una vez cumplidos los dos aspectos anteriores. Robben saca matrícula en todos estos aspectos y a velocidad supersónica. Una rapidez de ejecución y de desborde en el uno contra uno sólo comparable a la que pueden imprimir jugadores como Cristiano Ronaldo, Messi, Alves, Ribery y hace varios años los brasileños Ronaldo y Ronaldinho. Entonces, ¿por qué la ola mediática y el propio club quieren venderle? ¿Por qué no le respetan como a uno de los mejores? Algunos ponen el "pero" en su facilidad para lesionarse. Es cierto, once pequeñas lesiones en dos años no son el mejor parte médico. Sin embargo, Robben ha jugado también bastantes partidos y ha demostrado unas condiciones inigualables. Mucho le debe el Real Madrid al holandés su espectacular remontada antes de la debacle ante el Barcelona en el Bernabéu.

Pocos, por no decir ningún jugador de la plantilla actual puede compararse con Robben. De manera que cuando algunos le tildan de "chupón" y de "individualista", lo que se traslada es la sensanción de que no se le ha terminado de comprender. Es cierto que es un jugador que "se va solo" porque desborda, pero es indudable el daño que hace a las defensas y también quizá el futbolista no ha estado lo suficientemente bien acompañado en estos dos últimos años como para plantearse muchas otras opciones de ataque más allá del disparo y del centro al borde de la línea de fondo. En definitiva, que si el Real Madrid está configurando un equipo de calidad no puede ni debe prescindir de un jugador deslumbrante como Robben.

El equipo nacional ha mostrado durante el reciente campeonato la pérdida de gran parte del encanto exhibido en el pasado europeo. La ausencia de Iniesta tiene buena culpa de ello. El azulgrana es un autentico crack que mejora las prestaciones de sus compañeros. Prueba de ello, la tenemos en Xavi, quien siendo un extraordinario jugador no ofrece las mismas prestaciones en el Barcelona y en la Selección nacional sin la compañía del genio albaceteño. La conexión Xavi-Iniesta es la mágia de la selección, sin ellos se pierde mucho. Luego les acompañan los Xavi Alonso, Cesc, Silva, Cazorla, Villa, Torres y todos esos excelentes jugadores que completan el combinado nacional, pero la ausencia de Iniesta descuelga a España de lo más alto del escalafón. Recuerden el papel estelar que el mago manchego desempeñó en la victoria del Barça frente al Chelsea y en la consecución de la Champions ante el Manchester United. Iniesta vale lo que Kaká para Brasil, lo que Messi para Argentina o lo que Cristiano para Portugal.




La marcha de Mandià del banquillo del Hércules ha provocado una convulsión en Alicante. El entrenador gallego, uno de los más prometedores de su generación, ha preferido abandonar la disciplina blanquiazul por el Rácing de Santander. Una decisión que deja mensajes contradictorios. El técnico, que ha dejado al Hércules a las puertas del ascenso a la máxima categoría del fútbol español, ha preferido el pájaro en mano de dirigir a un Primera ahora al trabajo gris, aunque hoy por hoy reconocido, de dirigir a un club de Segunda. El mensaje que el entrenador ha trasladado a los herculanos es algo así como "sois un club de Segunda y tengo la oportunidad de dirigir a un club superior" y el desazón es comprensible. Los herculanos hablan de traición y de aprovechado, pero la decisión de Mandiá es lógica. Dado que hoy en día a cualquier entrenador le pueden echar a las seis jornadas de liga tanto en Primera como en Segunda, Mandià ha preferido que en caso de fracasar le echen desde la máxima categoría. Por contra, en caso de volver a triunfar como lo ha hecho este año en Alicante, lo hará desde la Primera división con la repercusión que eso supone. En los últimos tiempos, todos los entrenadores que han pasado por el Rácing han triunfado (Portugal, Marcelino, Muñiz) pero han aguantado sólo un año. Quien sabe si Mandià triunfará este año y deberá hacer también las maletas el próximo.



Publica hoy la prensa el traspaso de Saviola del Real Madrid al Benfica por cinco millones de euros. Así, en frío no queda más que aplaudir una operación que no por su menor cuantía podría calificarse como más complicada que la de Cristiano Ronaldo. Vender un jugador que no ha jugado apenas en los últimos cinco años, los dos últimos en el Real Madrid, por cinco millones de euros es una proeza de la dirección del club blanco. Otra cuestión es el resultado que pueda dar Saviola en el fútbol portugués, mas propicio para que pueda brillar. Su caso es paralelo al de Carlos Aimar, un jugador que despierta unas enormes expectativas y que con el paso del tiempo termina desinflándose hasta terminar en el fútbol portugués. Cambiar de país no ha servido, sin embargo, para que el argentino remonte su decaido vuelo. Veremos si su compatriota lo consigue. Por lo pronto, buena venta del Madrid. Cinco millones por un jugador devaluado es mucho dinero.