Desde Zidane el Real Madrid no ha tenido un jugador de la calidad del holandés Arjen Robben. El primer rasgo que define la categoría de un fútbolista es cómo baja el cuero al suelo, el segundo es qué decide hacer con el balón una vez controlado y el tercero donde pone la pelota una vez cumplidos los dos aspectos anteriores. Robben saca matrícula en todos estos aspectos y a velocidad supersónica. Una rapidez de ejecución y de desborde en el uno contra uno sólo comparable a la que pueden imprimir jugadores como Cristiano Ronaldo, Messi, Alves, Ribery y hace varios años los brasileños Ronaldo y Ronaldinho. Entonces, ¿por qué la ola mediática y el propio club quieren venderle? ¿Por qué no le respetan como a uno de los mejores? Algunos ponen el "pero" en su facilidad para lesionarse. Es cierto, once pequeñas lesiones en dos años no son el mejor parte médico. Sin embargo, Robben ha jugado también bastantes partidos y ha demostrado unas condiciones inigualables. Mucho le debe el Real Madrid al holandés su espectacular remontada antes de la debacle ante el Barcelona en el Bernabéu.
Pocos, por no decir ningún jugador de la plantilla actual puede compararse con Robben. De manera que cuando algunos le tildan de "chupón" y de "individualista", lo que se traslada es la sensanción de que no se le ha terminado de comprender. Es cierto que es un jugador que "se va solo" porque desborda, pero es indudable el daño que hace a las defensas y también quizá el futbolista no ha estado lo suficientemente bien acompañado en estos dos últimos años como para plantearse muchas otras opciones de ataque más allá del disparo y del centro al borde de la línea de fondo. En definitiva, que si el Real Madrid está configurando un equipo de calidad no puede ni debe prescindir de un jugador deslumbrante como Robben.