Míster Balón

Copérnico lo dijo primero, Galileo lo propagó: "La tierra es redonda, igual que un balón de fútbol".



Publica hoy la prensa el traspaso de Saviola del Real Madrid al Benfica por cinco millones de euros. Así, en frío no queda más que aplaudir una operación que no por su menor cuantía podría calificarse como más complicada que la de Cristiano Ronaldo. Vender un jugador que no ha jugado apenas en los últimos cinco años, los dos últimos en el Real Madrid, por cinco millones de euros es una proeza de la dirección del club blanco. Otra cuestión es el resultado que pueda dar Saviola en el fútbol portugués, mas propicio para que pueda brillar. Su caso es paralelo al de Carlos Aimar, un jugador que despierta unas enormes expectativas y que con el paso del tiempo termina desinflándose hasta terminar en el fútbol portugués. Cambiar de país no ha servido, sin embargo, para que el argentino remonte su decaido vuelo. Veremos si su compatriota lo consigue. Por lo pronto, buena venta del Madrid. Cinco millones por un jugador devaluado es mucho dinero.


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