Míster Balón

Copérnico lo dijo primero, Galileo lo propagó: "La tierra es redonda, igual que un balón de fútbol".



Al final, no será el 10 del Real Madrid, ni el 18 ni el 22. El astro Kaká será el 8 del equipo blanco. El mismo número que el brasileño Didí, el mismo dorsal que Míchel y la misma camiseta del argentino Gago. ¿Quiere decir algo esto? Nada, el argentino se pondrá la camiseta que pertenecía al italiano Cannavaro. Hoy tenemos enfundado en la camiseta madridista al brasileño Kaká, el anhelado Balón de Oro esperado desde hace tres años. Un líder distinto, con unos valores diferentes a los que cotizan hoy al alza en el fútbol actual. Pero si hablamos de sus cualidades técnicas podemos decir que el equipo blanco ha aumentado exponencialmente su calidad y sus posibilidades para el futuro. Es Kaká un futbolista técnico, que juega con la pelota pegada al pie, capacitado para el pase largo y en corto, para el regate en un cuarto de terreno y en carrera, para el disparo desde corta y desde larga distancia, y para los lanzamientos a balón parado ya sean de esquina o de falta. Es, además, un auténtico profesional del fútbol, que se cuida para rendir en el campo y lleva una vida sana. Es, en definitiva, un soplo de CLASE, entre tanto "quiero pero no puedo" en el equipo blanco. Dicen que es caro. Quien sí que es caro es el francés Faubert (1,5 millones por 53 minutos de juego con cero rendimiento). Que sea bienvenido Kaká, y que triunfe.

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