Míster Balón

Copérnico lo dijo primero, Galileo lo propagó: "La tierra es redonda, igual que un balón de fútbol".

Urruti, portero de la Real Sociedad, Español y Barcelona, fue uno de los mejores de su época. Un tiempo donde reinaba el gran Arconada y donde había otros grandes porteros como los madridistas Miguel Ángel y García Remón. Estuvo en tres mundiales (Argentina, España y México) y no jugó en ninguno de ellos. Siempre a la sombra, Urruticoechea consiguió brillar finalmente en el Barça donde ganó una Liga y tres copas del Rey, así como una Recopa de Europa. Guardameta muy querido por la afición culé y apreciado por la mayoría de las hinchadas falleció hace ya nueve años en un accidente de carretera en Esplugues de Llobregat. Urruti tuvo su momento estelar en la temporada 1985-86 cuando en el último partido de Liga frente al Valladolid detuvo el penalti decisivo que le dio el campeonato al Barça. Sin embargo, también tuvo la desgracia de vivir una de las noches más trágicas del barcelonismo, la derrota ante el Steaua de Bucarest en la tanda de penaltis. Poco pudo hacer el bueno de Urruti mientras sus compañeros se encargaban de errar sus lanzamientos. Francisco Javier Urruticoechea era un clásico en las colecciones de cromos de fútbol de los niños de la época.

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