Míster Balón

Copérnico lo dijo primero, Galileo lo propagó: "La tierra es redonda, igual que un balón de fútbol".

Vuelve el clásico de la Liga con dos equipos en su nivel más alto. El Barcelona con toda su plantilla a pleno rendimiento para practicar su tiqui-taca, el Real Madrid con un nuevo equipo hecho a marchas forzadas y con Kaká como única baja notable. Es de esperar que tanto Pep como Mou jueguen de igual forma a como han venido haciéndolo hasta la fecha. No es de esperar que cambien el guión con el que más seguros se sientes en el último momento. Los culés tienen aún reciente el recuerdo del 2-6 en el Bernabéu, como referente de su potencial frente al Madrid, mientras que los blancos, disponen de un equipo prácticamente nuevo respecto a aquel día no tendrán tan presente aquel trauma. Por otra parte, los madridistas podrán recordar el 0-2 que le hicieron a los barcelonistas en aquella semifinal de Champions, previa a la final de Glasgow, de la de Novena. Por no hablar del vergonzoso derbi del cochinillo, la botella de whisky y los mecherazos, con Figo de blanco inmaculado intentando sacar de esquina mientras le caía de todo sobre su cabeza. Aquel partido debió haberse suspendido. En definitiva, que sobre el tapete verde los azulgrana pondrá su calidad y estilo, mientras que los merengues antepondrán su garra y pasión. ¿Pronóstico? Un empate.

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