Míster Balón

Copérnico lo dijo primero, Galileo lo propagó: "La tierra es redonda, igual que un balón de fútbol".



Monchi lleva siete años como brillante director deportivo del Sevilla, quizás con más éxito que en los diez que defendió la portería del equipo de Nervión. Visto desde la distancia y con cierta guasa chirigotera, nos lo cuenta: "Fijaos cómo era yo, que con mis fallos eché a Camacho de entrenador y le tuve que pedir disculpas. Ganábamos 2-0 a ocho minutos del final y la Real nos remontó 2-3. De los tres goles que me marcaron, me comí cuatro".
Con buen humor arranca la comida. Monchi viene para explicarnos el método con el que descubre joyas del fútbol mundial a bajo precio, y las revende como el oro. Vamos al grano: "Parto de la idea de que entre futbolistas hay poca diferencia de calidad, excepto esa media docena que son geniales. En la igualdad, lo que diferencia es la ilusión, las ganas de crecer. En definitiva, buscamos jugadores con hambre. Luego, cada jugador rinde más o menos en un hábitat concreto. Hay futbolistas que no rinden en una ciudad o un club y que en otra son soberbios. Konko, por ejemplo. No veas cómo anda en Italia... Y con nosotros no dio lo esperado". Piensa y continúa: "Nosotros, además, tenemos un riesgo: firmamos futbolistas de bajo precio de clubes con menos exigencia que el nuestro. Al llegar aquí, a alguno le desborda la presión. Es el peligro de fichar desconocidos..." El último fichaje, menos anónimo por supuesto, ha sido Trochowski, internacional alemán del Hamburgo, que finalizaba contrato. Está firmado. "Bueno, pero este chico ha jugado contra España en el Mundial y está contrastado en una liga fuerte. Hay otros de mayor riesgo". Por ejemplo, los dos éxitos del mercado de invierno, Medel y Rakitic. Monchi sale al cruce: "Sí, sí. Ahora dicen en Sevilla con satisfacción que Monchi ha vuelto. Pero también hemos fichado sin tanto éxito". Nos cuenta Monchi el caso Rakitic: "Hablamos con él en octubre. Yo le quería para junio. Pero regañó con Magath y quería marcharse. Jurado le habló bien de nosotros. Nos reunimos con su hermano, su padre y su agente... Le hablamos de la ciudad, del club, de los títulos... Le vendimos nuestra marca. Es importante convencer a un jugador más por la marca del club que por el dinero. Y aceptó nuestra propuesta antes que la de otros clubes que manejaba". Aquí hace un énfasis: "Miren, cuando un futbolista prefiere venir al Sevilla antes que irse al Arsenal, se me pone el vello de punta. Eso dice que algo estamos haciendo bien de cara al mundo".
Nos interesa conocer el secreto, exactamente cómo trabaja Monchi en su dirección deportiva para que todo salga tan bien: "Formamos un equipo de doce personas. Gente que tiene diferentes perfiles y criterios. Entrenadores, psicólogos, exfutbolistas... El plan es dividir el año de trabajo en dos fases: de septiembre a diciembre y de enero a mayo. En la primera fase, cada cual ve no menos de ocho partidos semanales de las principales ligas: Italia, Francia, Alemania, Inglaterra, Portugal y Holanda, más Brasil y Argentina. Y con las conclusiones, nos dedicamos a elaborar el once ideal por jornada y por país".
Segunda fase. Monchi prosigue: "Cuando llega diciembre, extraemos a los mejores jugadores por posiciones, así disponemos de una lista amplia con futbolistas de diferentes virtudes en cada posición. Entramos ya en la segunda fase, trabajando de cara a la plantilla de la siguiente campaña. Iniciamos los seguimientos individuales buscando las virtudes que precisamos. Ahora ya no vemos equipos, sino vamos siguiendo a futbolistas, hablamos con ellos, miramos su entorno y decidimos si fichamos".
Un plan ideal que precisa de trabajo en equipo y gente de buen criterio, le apuntamos a Monchi, que asevera: "Yo tengo perfiles diferentes como los exjugadores Martagón, Ruda y Ramón. Especialistas en fútbol internacional como Rosendo Cabezas y un periodista, Victor Orta, que maneja una información diferente y esencial... Confío en ellos a muerte. Yo ficharía a un jugador que me aconsejara Ramón, sin necesidad de tener que verlo. Y tengo gente sacrificada como Martagón, que se anima a ir a un Sub-17 nada menos que a Perú, donde nadie va, y distinguir al chaval que en cinco años será una figura".
El 'Centro de Inteligencia' de Monchi funciona. Así apareció Dani Alves. Nos lo cuenta: "Es el jugador que más ha crecido y que ejemplifica nuestro modelo de trabajo. Lo descubrimos en Punta del Este, en un Sub-20 sudamericano. Antonio Fernández (ahora en el Málaga) lo vio en un Paraguay-Brasil. Me dijo que había un chico impresionante y le pedí que, desde allí, me mandase vídeos. Le dije que tirase para adelante y compramos a Alves por un millón de dólares. Ya saben en cuánto fue traspasado al Barça..."
Y todo mantener todo este operativo, ¿cuánto le cuesta al club? "Miren, toda nuestra infraestructura cuesta al año unos 600.000 euros, sueldos incluidos. Consideren, por ejemplo, que sólo vender a los cuatro brasileños [Alves, Baptista, Adriano y Luis Fabiano] nos reportó 88 millones de euros. Sin entrar en otras operaciones que todo el mundo conoce", nos apunta.
El rastreo, el scouting está hecho. ¿Y su aplicación al equipo? A Monchi le gusta la pregunta: "Exacto. La clave está ahí: un buen director deportivo es aquél que sabe leer las intenciones del entrenador. El entrenador pide y yo le doy nombres, miramos sus características y le ofrecemos varias opciones para que elija. Recuerdo el fichaje de Kanouté, que respondía exactamente a lo que Juande pedía".
¿Y el presupuesto para fichajes? El presidente Del Nido tendrá su cuota de intervención, suponemos. "El presidente debe confiar sin límites en el director deportivo. La capacidad de inversión en fichajes ha de ser responsabilidad del director deportivo. Hasta la fecha, puedo presumir de que Del Nido me ha hecho caso en todas las propuestas que le he planteado. Yo sé el dinero que tenemos, soy consejero del club y no voy a hacer locuras. Yo ya conozco lo que vamos a gastar este verano y lo que podremos ingresar. Llevo siete años, todos ellos con superávit, con títulos y participaciones europeas. Nuestra situación es tal que, en caso de un terremoto como pudiera ocurrir esta temporada si no entramos en Champions, el club podría soportarlo. Bajaríamos cerca de un veinte por ciento de ingresos y haríamos el recorte proporcional en gastos. Esta es mi forma de entender la economía de club".
Perotti. Salta aquí Roncero preguntando si Perotti está en venta. Monchi responde: "No queremos venderlo, pero intocable no hay nadie. Si hay que venderlo, será para seguir creciendo. Recuerdo lo que se polemizó con las ventas de Ramos, Reyes, Alves... Hay que entender que en el Sevilla vendemos jugadores por pura subsistencia".
El 'Ojeador Galáctico', sobrenombre con copyright de Manolete, nos explica: "Miren, nunca un agente de jugadores engaña a un club. Es siempre el comprador el que acierta o se equivoca. Los agentes no son malos, los compradores son los malos. O sea, nosotros". ¿Hay inflación en los traspasos? ¿Valen 90 millones Torres o Cristiano? Monchi contesta: "Si miras como anda el mundo, es exagerado, evidente. Sin embargo, un jugador de dos millones puede ser caro y otro de noventa, barato. Depende de la repercusión deportiva y de mercado que te aporte. Lo que sí digo es que Real Madrid y Barca no pueden fichar barato, porque no tiene tiempo para experimentos. No pueden fichar a un niño llamado Alves, tienen que firmar a un Özil experimentado".
¿Y la cantera? Pues también existe para Monchi: "Ojo con lo que está viniendo en el Sevilla. Atentos a Luis Alberto, Campaña, Luna, Bernardo... Estos chicos y algunos más tienen proyección. En el Sevilla nunca faltan canteranos que nos dan identidad". Esta es su teoría: "Me ilusiona que el filial vaya con récord de puntos, pero más me alegra que cinco chicos estén en el primer equipo. La cantera es formación. A mí una derrota del juvenil me agobia cinco minutos. Y del filial, quince minutos. Lo que estos equipos nos deben dar es jugadores para el primer equipo. Y no lo duden, el mejor entrenador de la cantera es el del primer equipo. Si no tira de los chavales, entonces tendremos un abismo de por medio".
Monchi aglutina un gran trabajo para competir muy alto, aunque a día de hoy el Sevilla no alcanza para ganar una Liga. "Y lamentablemente no se podrá competir con Barça y Madrid en años. Los dos equipos seguirán imponiendo una dictadura importante por razones de presupuesto. Son dos equipos con grandes hornadas de futbolistas y dos plantillas únicas en el fútbol mundial".
¿Cuál es el sitio del Sevilla?, pregunta Juan Jiménez, nuestro delegado en la capital andaluza. Monchi responde: "Por la forma de actuar en este club, seguiremos en la élite del fútbol europeo. Tenemos potencial para mantenernos ahí arriba, incluso en un año muy difícil somos quintos y aún podemos aspirar a estar más arriba".
Una aspiración que no evalúa sólo como director deportivo, sino como apasionado sevillista. "Es que yo soy más aficionado que director deportivo. No sabéis qué mal lo paso en los partidos. Si perdemos, estoy un día sin hablar en casa. Habré dimitido unas cien veces en el salón de mi casa, pero luego pienso que hay que luchar por este club". ¿Y la posibilidad de un Monchi entrenador?: "Ni hablar. Yo soy demasiado buena persona. Necesitaría alinear a quince en cada partido y no hay sitio para todos".
Fuente: As

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