Pep Guardiola es el entrenador del equipo de éxito, el arquitecto del éxtasis azulgrana, el motivador de este plantel de cracks sin parangón. Escatimar los méritos de Guardiola en este Barcelona sólo puede responder a la envidia o a la falta de conocimiento de lo que es conseguir que un equipo de fútbol juegue y juegue como lo hace este Barça sin cansarse, sin aburrirse, sin aburguesarse. Hablamos de jugadores que lo han ganado ya todo. Muchos son campeones del Mundo y de Europa, muchos tienen ya varias Champions, varias Copas, varias Ligas y numerosos títulos individules. Sin embargo, el canterano de Santpedor, el nen blaugrana ha conseguido mantener a este equipo motivado, cada vez con más enemigos y mejor preparados. El ruido mediático contra ellos ha sido ensordecedor esta temporada. Sin embargo, Pep sabedor del equipo que maneja ha sabido mantener a sus jugadores implicados y, al mismo tiempo, ajenos a las artimañas de sus enemigos. Es cierto que los azulgrana en ocasiones han sobreactuado en algunos encuentros, fingiendo faltas y agresiones, ¿pero quién no lo hace?. ¿No lo hace Ronaldo? ¿Ni lo intenta Di María? ¿No lo provoca Nani? ¿Ni el Kun Aguero? El teatro, igual que el que hace Mourinho desde la sala de prensa, es algo intrínseco al fútbol no es que sea bueno o malo, ni mejor o peor. Es algo que está en el juego mismo. Lo dicho, las temporadas que está firmando Pep Guardiola no rayan el diez, son de Diez. Hoy por hoy, Pep tiene pocos rivales también desde el banquillo de un club grande como es el FC Barcelona.