Los problemas con el holandés del Real Madrid Royston Drenthe, cedido en el Hércules esta temporada, comenzaron nada más aterrizar el extremo en Alicante. "No he venido a vivir la vida, sino a ganar cosas aquí", dijo al poco de llegar a la ciudad. Sólo unas semanas después se saltó media docena de semáforos en rojo circulando a 180 kilómetros por hora por una céntrica calle de Alicante. Tras increpar gravemente a un agente, explicó que quería llevar a una amiga suya con urgencia al hospital. Vamos, como en Madrid. Sus andanzas han sido innumerables y entre sus virtudes no ha destacado la profesionalidad, el esmero y la implicación en el grupo. Cada semana protagonizaba un lío o dos del que acababa enterándose la prensa. Por no hablar de aquellos hechos que fueron silenciados en su momento "por no perjudicar al club". Al final el tiro salió por la culata. Un futbolista que ha costado más de dos millones de euros al Hércules y que ha rendido menos que algunos canteranos "de la terreta". Esta semana, el ex entrenador serbio del Hércules, Miroslav Djukic, ha tenido duras palabras a la hora de referirse al holandés Royston Drenthe, al que dirigió cuando llegó al banquillo del equipo alicantino en la recta final de la presente temporada, y en lo referente a sus constantes ausencias de los entrenamientos del cuadro blanquiazul. Djukic lo resumió diciendo que al de Rotterdam "siempre se le moría alguien". "Drenthe es el único jugador a quien no he visto implicado. Era el quinto o sexto entierro del que hablábamos, siempre se le moría alguien. Un día era un tío, otro día otro. Por esto, decidimos relegarlo a un segundo plano y en seguida apareció la lesión. Nunca hemos podido detectar el problema de rodilla que decía tener". El que fuera futbolista de Deportivo de la Coruña, Valencia y Tenerife, confesó que la actitud del jugador madridista no le dejó otra opción que apartarlo del equipo. "Tuvimos que apartarlo del equipo porque de cada siete entrenamientos, cuatro venía tarde. Parece que era para echarnos un pulso o tomarnos el pelo", admitió. Culpar a Drenthe de todo un descenso sería realmente injusto, pero no podemos decir que no ayudara.