Todo indica que Miguel Ángel Lotina, el buen técnico vasco no seguirá la próxima temporada al frente del Deportivo de la Coruña. Tras cuatro años sufriendo para sacar el equipo adelante con muy precarios recursos, el entrenador y el presidente blanquiazul parecen haber llegado a un acuerdo para concluir la relación de la mejor manera: antes de que se queme. De ser así es una buena decisión, porque la plantilla deportivista va a experimentar una gran renovación la próxima temporada debido principalmente a que sus mejores jugadores marcharán a otros clubes donde les puedan pagar lo que merecen. El Deportivo no da para más. La vaca no da más leche. Es la ocasión para hacer una apuesta seria por otro tipo de futbolistas y asentar el Depor del futuro con un entrenador que transmita una nueva ilusión y unas ganas de hacer las cosas bien. Desde luego que Lotina ha dejado el pabellón muy alto, al igual que lo hicieron sus predecesores. Todo el mundo conoce el buen ojo de Augusto César Lendoiro para fichar entrenadores. Desde Arsenio, pasando por Toshack, Irureta, Caparrós y Lotina, el club gallego siempre ha tenido grandes entrenadores en los tres últimos lustros. Esa ha sido una de las principales bases del éxito de este modesto equipo de una ciudad de menos de 300.000 habitantes. Y ese es un mérito que nadie podrá negarle nunca al presidente coruñés. Un buen entrenador saca el mayor provecho posible a la plantilla, un entrenador regular no hace milagros y un mal entrenador la hunde directamente. Haber sido capaz de cambiar de técnico en diversas ocasiones haciendo una apuesta acertada es, sin duda, bien difícil.